Gerónimo Stilton cansado de trabajar en el Eco del Roedor se dirigía a su casa. Cuando llegó, se comió un trozo de tarta de queso, se bebió una manzanilla, se lavó los dientes, se puso las chanclas y se fue hasta su cama tranquilo para dormirse. Entonces sonó el teléfono y despertó a Gerónimo. Era su primo Trampita. Trampita lo quería para quedar mañana en la plaza Ratamaza, delante de la librería de la esquina a las ocho en punto. Colgó el teléfono y se volvió a dormir. De pronto volvió a sonar el teléfono. ¡Era otra vez Trampita! Y le volvió a dar la dirección. Y así hasta otras dos veces. Al día siguiente Gerónimo estaba muy alterado y muy cansado. Gerónimo dio vueltas por el parque cada vez más alterado, se esperó en la esquina cada vez más alterado, se fue a las pastelería a esperar cada vez más alterado. ¡Trampita llegó a las diez y cuarto! Gerónimo se tuvo que contener porque Trampita había llegado muy tarde. Trampita le quería enseñar su laboratorio secreto. Y lo peor era que el primo de Gerónimo no quería su laboratorio para investigar, sino para enriquecerse. Cuando entraron en el laboratorio, Trampita le enseño una extraña bebida y obligó a Gerónimo para que se la bebiera. De pronto, le empezó a crecer el pelo, le salieron granos y le crecieron callos.
Al siguiente día, todos los síntomas se manifestaban todavía más. Gerónimo le envió un mensaje al profesor Voltio. Quedaron en el monte más alto de la isla de los ratones, el monte Masaltoimposible. Allí llegaron a una cueva, donde descendieron en una carretilla...
Me ha gustado mucho porque viaja a muchas épocas del pasado. ¿A qué épocas viajarán? ¿Qué aventuras tendrán?
Si lo queréis pedídmelo.
Tipo: aventura/humor.
Muy bien Antonio, algún despiste por corregir.
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