Llegaron a su casa y todos los días normalmente después de cenar, el robot gigantesco le lavaba los dientes, le ponía el pijama y le arropaba en la cama. Pero como ese día Sito estaba cabreado no quería que le ayudara.
Otro día a los unicornios radiactivos de Urano se les ocurrió un plan. Mandaron un regalo a la casa de Sito para el robot gigantesco y ...
Si os interesa saber qué le pasó al robot gigantesco, este libro está en la biblioteca.
A mí me ha gustado mucho, aunque es un poco cortillo.