A Leo le ha tocado un premio en una chocolatina, un viaje al Tíbet.
Fueron a China para coger un tren con destino al Tíbet, pero se iban a quedar visitando China mientras que llegaba el tren a la estación, con su guia Xiao Xiao.
Cogieron el tren y al principio del viaje Martin estaba contando una historia de miedo hasta que desde detrás de la puerta alguien la intentaba abrir, y apareció un anciano con un recipiente para hacer inhalaciones de bálsamo de mono.
Después cuando terminaron de comer en el comedor del tren, una manada de antílopes se cruzaron por medio de la vía del tren, pero el más pequeño se quedó atrás, el tren se detuvo y Rebecca salió fuera del vagón para ayudarlo a cruzarla, entonces vio una criatura grande y peluda que se iba corriendo hasta lo más lejos del horizonte.
El tren hizo una parada, porque los budistas los iban a invitar a comer en su templo. Allí Bat conoció a un murciélago budista, Flahi Batba, que le enseñó una técnica para no pasar frío.
Dieron una charla sobre el abominable puerco de las nieves, conocido como ''yeti''; la gente decía que era mentira, pero solo uno decía que lo había visto, el cazador de yetis Fulton Carabina. Ya en el tren de nuevo, les dijo que si veían al yeti se lo dijeran, serían muy bien recompensados.
El tren sufrió una avería y los maquinistas bajaron a arreglar el motor, pero escucharon un grito y aterrorizados salieron corriendo. Fulton Carbina salió en busca del yeti. Los hermanos Silver bajaron del tren y se encontraron a los antílopes que los llevaron a la cueva del yeti.
¿Qué pasará? ¿El yeti se los comerá?
A mi me ha gustado mucho porque es muy divertido e inquietante todo lo que rodea a la leyenda del yeti.
Muy bien Manolo y sin ninguna falta, pero no vuelvas a publicar a esa hora, que hay que estar durmiendo.
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