jueves, 17 de enero de 2013

Entre sombras y el circo ambulante.


Cuando era de día, el circo estaba en aquel sitio. Lo habían puesto a las fueras del pueblo al lado de la chatarrería y el barranco del ahogado.
La carpa era pequeña y no tenía mucho color. Las carretas y las caravanas las utilizaban como almacén, habitación y jaula de bestias.
Salió de la carpa, después de que amaneciera, una corta comitiva para presentarse. Había tres personas. Dos estaban montados en triciclos. El primero era un payaso que tenía la cara de enfadado y tenebrosa. Llevaba una bocina que sonaba muy mal. El segundo era un enano con sombrero de copa, que no dejaba que se le vieran los ojos y también llevaba un largo bigote. La tercera llevaba un paraguas que daba mala suerte y también tenía una cara muy tenebrosa.
Recorrieron el mercado y el colegio. Aparcaron en la plaza de la fuente. El payaso puso carteles entre los árboles. La funambulista, la tercera que salió en la comitiva del circo, hacía equilibrio en el borde de la fuente. El enano hacía dibujos con tizas en el banco. Tras colocar los carteles, los tres se fueron de nuevo al circo. En la mañana siguiente, los tres del circo se dedicaron a despertar a todo el pueblo. Mateo, un niño del pueblo, los vio y se ilusionó con el circo.
Pero el niño se ilusionó demasiado, porque el circo no iba a ser lo que parecía.
¿Serán malos los del circo? ¿Qué cosas harán en la ciudad?
Este libro es muy misterioso y tiene unos dibujos muy buenos, por eso lo recomiendo. 
Tipo: misterio.

1 comentario:

  1. Está muy, muy bien Antonio. Le has dado aire de misterio a tu redacción. Un repasillo a las faltas.

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