Geronimo Stilton estaba muy contento. Su secretaria le dijo que tenía que decirle algo. Geronimo se dio cuenta de que había alguien en su escritorio. Ese Ratón se acomodó en el sitio de trabajo de Geronimo, el ratón estaba un poquito gordo, tenía el pelo gris... ¡Era Torcuato Revoltoso, el abuelo de Geronimo Stilton! Geronimo se preocupó por cómo le iba, pero su abuelo le respondió enfurecido. Se puso a gritar por el teléfono y no paró de hablar por el sin hacerle caso a su nieto. Torcuato le pidió al que estaba hablando por teléfono tres milllones de guías de Ratikistán y Gerónimo le preguntó que para qué quería tantas guías de Ratikistán. Torcuato siguió a lo suyo sin hacerle caso a su nieto, hojeó unos cuantos folios, se enfadó y cogió el contrato y lo tiró a la basura. Saltó al escritorio como si fuera un gato. Y por último cogió un palo de golf, golpeó una bolita de papel y la metió en la papelera.
De nuevo se puso a gritar diciendo que había crisis en el Eco del Roedor y Geronimo le contestó diciendo que el Eco del Roedor iba muy bien. Torcuato se reía irónicamente, porque parecía que iba un poco de sobrado. Geronimo seguía protestando pero su abuelo seguía diciendo que no; esta vez con el dedo, con cierto aire de superioridad. Torcuato seguía negando y ahora, como colmo, decía que la empresa era suya cuando hace tiempo se la había dejado a su nieto. Sonó el teléfono y los dos intentaron coger el teléfono antes que el otro pero el más rápido fue su abuelo Torcuato.
El que estaba al otro lado del teléfono preguntaba por Geronimo, pero su abuelo decía que no hacía falta que hablara con Geronimo sino con él. Geronimo volvió a preguntar que para qué servían las tres milllones de guías de Ratikistán. Torcuato decía que le sorprendía que Geronimo fuera su nieto, porque no fuera tan listo como él, pero también pensó que no todo el mundo pudiera ser tan inteligente como él. Torcuato le iba explicar de qué se trataba el plan de las guías, se trataba de...
De nuevo se puso a gritar diciendo que había crisis en el Eco del Roedor y Geronimo le contestó diciendo que el Eco del Roedor iba muy bien. Torcuato se reía irónicamente, porque parecía que iba un poco de sobrado. Geronimo seguía protestando pero su abuelo seguía diciendo que no; esta vez con el dedo, con cierto aire de superioridad. Torcuato seguía negando y ahora, como colmo, decía que la empresa era suya cuando hace tiempo se la había dejado a su nieto. Sonó el teléfono y los dos intentaron coger el teléfono antes que el otro pero el más rápido fue su abuelo Torcuato.
El que estaba al otro lado del teléfono preguntaba por Geronimo, pero su abuelo decía que no hacía falta que hablara con Geronimo sino con él. Geronimo volvió a preguntar que para qué servían las tres milllones de guías de Ratikistán. Torcuato decía que le sorprendía que Geronimo fuera su nieto, porque no fuera tan listo como él, pero también pensó que no todo el mundo pudiera ser tan inteligente como él. Torcuato le iba explicar de qué se trataba el plan de las guías, se trataba de...
¿Qué harán con las guías?
Tipo: aventura/humor.
El libro me ha gustado, porque tiene puntos muy emocionantes.
Si lo queréis, está en la biblioteca.
Muy bien Antonio, dale un repasillo a las tildes.
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