Erase una vez, un grupo de niños que se fue a pasar el día al campo con sus profesores y su clase. Todo iba muy bien, hasta que el cielo se puso un poquito negro , es decir como para llover.
Todos tuvieron que recoger sus tiendas de campaña y montarse en el autobús, iban muy enfadados porque ese día se les había chafado.
Un niño mucho más tranquilo que los demás dijo:
-Tranquilizaos, habrá muchos más días en los que podamos ir al campo, no os enfadéis con la lluvia porque si no fuera por ella no tendríamos muchas cosas, como por ejemplo la comida, a la lluvia le tenemos que dar las gracias.
Tres gotas que andaban escurriéndose por el cristal escuchaban al niño con gran interés por eso creían que se debería ganar un premio sobre el agua y así lo hicieron.
Un día llamaron al niño para que fuera a recoger su correspondiente premio, el niño conoció a las tres gotas y les dio las gracias.
Cuando el niño subió a recoger su premio vio al fondo a sus amigas las gotas.
Sus palabras fueron:
-Gracias por este premio, os lo agradezco pero especialmente a mis tres amigas las gotas, que me ayudaron a recapacitar sobre la lluvia y a hacer que no malgastemos agua.
Y a partir de ese día el niño defiende al agua, ahorra y sobre todo habla mucho con las gotas.
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