Aquella noche tan negra
como la boca de un lobo,
el cielo nos hacía guiños
con sus miles de ojos.
Ya quería aparecer el día,
pronto llama el sol al gallo
para que cante.
Lenguas de fuego aparecen,
y las luciérnagas desaparecen.
A las doce, la gran caldera de fuego,
a lo más alto asciende.
Muy bien Manolo, se nota que le has puesto esfuerzo por hacerlo bien. Tienes un par de fallos que son despistes. Muy buen trabajo.
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