domingo, 24 de febrero de 2013

Leyendas de Jaén

El lagarto de la Magdalena

¿Habéis oído el dicho ''así revientes como el lagarto de Jaén''? Pues bien, ahora os contaré la leyenda del lagarto de la Magdalena.
En la calle Martínez Molina, cerca de la Iglesia de la Magdalena, está la escultura del lagarto de Jaén. Era un horrible monstruo que vivía en el caudal del pozo de la Magdalena, a finales del siglo XV, que se comía a toda la gente y a las ovejas que iban a la fuente beber agua.
Los ciudadanos ya estaban hartos y pidieron al rey que enviara a alguien para matara al lagarto. Un preso que estaba condenado a muerte se ofreció voluntario a matarlo a cambio de dejarlo libre. Pidió un caballo, pólvora, una bolsa de panes y una oveja.
Degolló a la oveja y le metió pólvora dentro. Fue al pozo y le tiró panes dentro para que el lagarto saliera, entonces el lagarto salió detrás hasta que llegaron a una calle sin salida. Entonces le tiró la oveja con pólvora dentro, el lagarto se la comió, y a los pocos segundos explotó en mil pedazos. Al final dejaron libre al preso.
El lagarto aparece en el escudo de la catedral de Jaén que se parece a la figura que la propia ciudad de Jaén tiene alrededor del Cerro de Santa Catalina.
Si visitáis la Ciudad de los Niños en Jaén, podéis jugar dentro de una escultura de madera y cuerdas, con forma del lagarto de Jaén. Es muy divertido por el tobogán de espiral que tiene.
Esta leyenda me ha gustado mucho porque es muy interesante y divertida.
Debéis visitar el barrio de la Magdalena en Jaén, donde encontraréis la fuente de la leyenda con el lagarto, la iglesia, y los famosos Baños Árabes.
Leyenda del Abuelo
En el Camarín, que se encuentra en la Carrera de Jesús en Jaén, los habitantes rezan a una figura de Jesús con una cruz sobre los hombros. Es Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocido como ''El Abuelo''. Sale el Viernes Santo por la madrugada en procesión.
Se llama así, por esta leyenda:
En una noche de lluvia y de mucho frío, los dueños de un caserío se llevaron una gran sorpresa; un anciano quería alojarse en su caserío esa noche.
Al anciano le llamó mucho la atención el tronco de olivo que tenían en la puerta y les pidió permiso a los dueños para llevárselo a su habitación. Lo subió a su habitación, y todos se fueron a dormir. Al día siguiente vieron que el abuelo no estaba pero en su habitación, había dejado una imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno tallada en el tronco de olivo.
Me ha gustado mucho porque es muy bonita y porque he salido acompañando a Nuestro Padre Jesús en su procesión.
Esta imagen es muy querida por la gente de Jaén, os recomiendo que veáis la salida de la procesión y su paso por la plaza de Santa María.

La fiesta de pijamas

     Este libro trata sobre una chica llamada Junie Berta Jones. Todo empezó por la mañana, cuando Junie se montó en el autobús para ir al colegio, todos los días le guardaba un sitio para su mejor amiga, Claudia. Un rato más tarde, por la ventanilla, las dos amigas vieron a  Lucy, una amiga de su clase. Ella iba montada en el coche de su abuela, un coche de las marcas más caras porque la abuela de Lucy era rica y tenía una mansión enorme.
    Después, Junie y Claudia se montaron en el coche, donde estaban Lucy y su abuela, le hicieron un millón de preguntas a la abuela de Lucy, como: ¿"Cuánto te ha costado este coche"? , ¿"Te comprarás otro para tu cumpleaños"?.

 Durante la clase, Lucy se mostró muy enfadada con sus dos amigas, porque cuando Junie y Claudia se montaron en el coche, ella le había pedido a su abuela que le comprara un caniche, y ya casi le había dicho que sí cuando entraron por la puerta del coche.

         En el recreo del colegio, a Junie se le ocurrió una idea, era que el sábado, quedaran para irse a dormir a casa de la abuela de Lucy y allí le suplicarían a la abuela que le comprara el caniche a su nieta, y por la noche hacer una fiesta de pijamas.

         A las tres le pareció una buena idea, y así fue, la abuela de Lucy llamó a las madres de las amiguitas de su nieta y las madres le dijeron que si se podían ir a su casa a dormir, y el sábado después de comer, la abuela recogió a las amiguitas en su coche.
Junie haría muchos estropicios: Saltar por las camas, romper cosas...
 ¿Qué pasará?, ¿Se enfadará la abuela con Junie?.
A mí me ha gustado mucho porque enseña a que cuando vamos a casas de otras personas debemos de portarnos bien. Si queréis leerlo pedídmelo.