
Se levantó muy mareado, pero muy sonriente. Solamente tenía una razón por la que estar contento y esa razón era que había encontrado el amor.
Nada más llegar al Eco del Roedor su hermana Tea lo llamaba enfadada. Había llegado tarde a la reunión, pero Geronimo no se acordaba de ninguna reunión. Geronimo tenía dos botellas pequeñitas en la nariz por culpa de los traspiés de la cafetería. Tea seguía llamándolo enfadadísima. Aunque Geronimo se había tomado dos cafés, estaba adormilado. Tea le preguntó que si se había enamorado en la cafetería y él dijo que sí mientras le quitaba los pétalos a una margarita, pero en realidad no era una margarita sino unos cheques. Tea fue recogiendo los cheques que Geronimo estaba tirando mientras que le seguía regañando...
¿La chica de aquella cafetería se enamorará también de Geronimo? ¿Qué aventuras le hará el amor?
Tipo: aventura/humor.
Si lo queréis está en la biblioteca