domingo, 10 de marzo de 2013

¿Quién menea el esqueleto?

Era un día normal, como otro cualquiera para Jacinto, que el único ejercicio que hacía era llevarse el tenedor a la boca, no hacía nada y si algún día se levantaba del sillón era un milagro.

Al cabo de unos días, Tento, el perro del hijo de Jacinto que se llamaba Pablo, se dio cuenta de que él, estaba cada vez peor, le costaba un montón hacer movimientos y el problema era que Pablo y Rosa, su mujer, no lo notaban.

Por la tarde, Tento intentó que Jacinto lo sacara a pasear, para que se moviera del sofá, pero cuando Jacinto se levantó le dio un dolor muy fuerte en la espalda y cuando Rosa fue a llamar al doctor, no encontró la tarjeta por ninguna parte.

Después de un buen rato Pablo, la encontró y en dos minutos, ya estaba el médico en la casa. Le revisó y le dijo que se tenía que tomar unas pastillas y sobre todo que tenía que hacer bastante ejercicio y eso no le sentó muy bien a Jacinto.

Al día siguiente, Jacinto fue al gimnasio para levantar pesas, pero eso no era lo suyo, no podía levantarlas ni una cuarta del suelo. Luego probó con la natación, pero como estaba gordo, la gente se reía de él y decidió no volver. Esa misma noche, a Rosa se le ocurrió una idea.

¿Qué será? , ¿Funcionará? .

 A mí me ha gustado porque es muy gracioso y enseña que porque una cosa la veas muy difícil de hacer, no significa que no la puedas hacer. Si lo queréis pedídmelo.

1 comentario:

  1. Muy, muy bien Alba, bien escrito, bien contado con ritmo narrativo y además me gusta que te esfuerces en explicar mejor la valoración. Felicidades.

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